Los agujeros negros no son el final nuevas investigaciones indican que son túneles
Una nueva investigación sugiere que los agujeros negros no representan un final, sino más bien una transición hacia agujeros blancos que expulsan tiempo y materia de regreso al universo en otros lugares. 

Un innovador estudio de la Universidad de Sheffield está revolucionando nuestra percepción de los agujeros negros. En lugar de ser vistos como un callejón sin salida en el tejido del espacio-tiempo, estos fenómenos podrían transformarse en "agujeros blancos", entidades cósmicas que liberan materia, energía e incluso tiempo hacia el vasto universo.

Apoyándose en la mecánica cuántica, los investigadores argumentan que la singularidad en el interior de un agujero negro no es el destino final, sino más bien una puerta que conduce a algo nuevo. Esta teoría audaz introduce un concepto fascinante: la posibilidad de medir el tiempo a través de la energía oscura, esa enigmática fuerza que impulsa la expansión acelerada del cosmos.

Publicado en la revista Physical Review Letters, el estudio indaga en cómo las fluctuaciones cuánticas en el núcleo de un agujero negro podrían impedir el colapso físico que se observa en los modelos clásicos. A través de un modelo de agujero negro plano, el equipo demuestra que el espacio y el tiempo podrían transformarse en lugar de sucumbir al colapso. 

Esto abre la puerta a la existencia teórica de un agujero blanco, donde el tiempo podría renacer. Si esta investigación se valida, podría conectar las brechas históricas entre la mecánica cuántica y la gravedad, ofreciendo una nueva y fascinante perspectiva sobre la esencia misma de la realidad.