La cáscara de la tuna, anteriormente considerada un desecho, contiene compuestos bioactivos con propiedades antioxidantes que podrían ser beneficiosos para la salud.
El profesor Rafael Zamora Vega, de la Universidad Michoacana, explica que estos antioxidantes, presentes tanto en la pulpa como en la cáscara, podrían ayudar en el tratamiento de enfermedades como diabetes de tipo II, artritis y Parkinson.
Los beneficios provienen de las betalaínas, pigmentos con una potente acción antioxidante. Además, se investigan aplicaciones en la industria cosmética y en la producción de biopolímeros. "No solo estamos hablando de beneficios para la salud, sino también de posibles aplicaciones en la industria cosmética y en la producción de biopolímeros", manifestó Zamora.
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