La facilidad con la que salieron municiones de la Villa Militar Oeste de Chorrillos ha dejado en evidencia la falta de supervisión en el Ejército del Perú. La confesión del subteniente EP Marco Páucar Yaguno, de 27 años, ha sido clave para entender esta presunta trama de corrupción al interior de la institución.
El pasado 6 de enero, la Policía Nacional del Perú (PNP) detuvo a otro personaje involucrado: se trata del teniente Christian Revilla Barzola, quien es acusado de dar proyectiles a dos intervenidos. Esta presunta red sale a la luz tras la intervención de dos personas que transportaban 3,600 municiones de guerra en un vehículo.
Para las autoridades, este armamento no pudo salir de Chorrillos con la participación de un solo militar. Es así como llegan hasta Páucar Yaguno, quien reconoció haber sido el militar que sustrajo este material del almacén en cinco oportunidades sin ser descubierto durante el 2024.
Las revelaciones del subteniente, que accedió a la Unidad de Investigación de América Noticias, hacen un conteo de las municiones sustraídas: 51 mil 600 cartuchos en un periodo que abarcó desde junio de 2024 hasta inicios de 2025. El primer registro de este esquema ilícito se remonta a junio de 2024, cuando se sustrajeron 3.000 municiones. Sin embargo, el volumen de los robos aumentó rápidamente en los meses siguientes.
En julio, la cifra ascendió a 10 mil cartuchos, mientras que en agosto se alcanzó el mayor número de unidades robadas, con un total de 15 mil proyectiles. En septiembre y octubre, fueron los dos meses en que se sustrajo la misma cantidad.
En la última sustracción, la salida se realizó en dos partidas: la primera fue de 2.000, y luego las 1.600. El pago se efectuó a través del aplicativo Yape. Para las autoridades, estas municiones tienen como objetivo llegar a manos de las organizaciones criminales de Ecuador, por lo que se sigue con la investigación.
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