Stamos había revelado previamente que intentó conseguir a las gemelas Olsen despedidas cuando tenían 11 meses. En su libro, detalla el día que le dijo al creador del programa: “Soy yo o ellas. No van a funcionar. Arruinarán este programa y mi carrera”.
También dijo que Bob Saget estaba celoso de la relación de él con los Olsen, y Stamos ni siquiera pensó que Saget fuera el adecuado para el papel, ya que era comediante, no actor.
“Bob es el ególatra más humilde que he conocido, pero socava su narcisismo al ser tan adorable. Es una contradicción ambulante y compensa su inseguridad autoinfligida siendo un engrandecedor autoinfligido”, escribe Stamos.
“Sé que Bob tiene un talento tremendo. Simplemente no se lo digo a la cara en este momento. Pero si quiero aprender algo sobre comedia, necesito estudiar a Bob... Bob y yo nos toleramos mutuamente e intentamos evitar interferir en los procesos creativos de cada uno, aunque puede ser un desafío".
Finalmente, Stamos, Saget y Coulier se unieron cuando sus tres hermanas se enfermaron aproximadamente al mismo tiempo y se dieron cuenta de la importancia de la familia: “Bob, Dave y yo ya no somos tres tipos que trabajamos en el mismo programa; somos hermanos preocupados por que mujeres maravillosas se nos escapen”, escribe.
"La escena final requiere que todo el elenco se reúna alrededor de la cuna de un bebé y cante el tema principal de 'Los Picapiedra'. La lectura termina, gracias a Dios, y me dirijo al vestíbulo lo más rápido que puedo, llamo a mi agente y le digo: "¡Sácame de este programa!", escribe. “Me muero por tirar del hilo conductor de este infierno familiar, pero cumpliré con mi obligación contractual de dispararle al piloto. Mantenlo profesional. Por ahora, mantente tranquilo.
Controla lo que puedas controlar”. Inicialmente, el programa recibió calificaciones no tan buenas. Después de la primera temporada, los agentes de Stamos lo llamaron para decirle que tal vez se cumpliría su deseo. Les dijo que cambió de opinión ya que el elenco se convirtió en su familia.
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