Los curacazgos de Lima fueron conquistados por los incas. El gobierno del valle estaba en manos de Taulichusco, un curaca yana de Mama Vilo, mujer secundaria de Huayna Capac.
Francisco Pizarro fijó su residencia en el palacio de Taulichusco y lo despojó de su poder. Vivió algunos años. Sus hijos Francisco y Gonzalo fueron herederos de nada.
Sobre Taulichusco se conoce muy poco, en quechua taulichusco significa “guardian de aguas” apenas algunos documentos hallados por Lohmann Villena nos hablan de este curaca y sus descendientes.
En las últimas décadas la figura de este curaca yana ha sido rescatada del olvido. Durante la gestión del alcalde Alfonso Barrantes, se erigió un monumento a Taulichusco en el pasaje Santa Rosa, a un lado del edificio municipal.
A pesar de saber poco de él, desde el 2006, un grupo de congresistas y organizaciones neo-indigenistas han organizado un homenaje denominado la “fundación indígena de Lima”.
Este evento que habla de un personaje histórico, podría ser parte de una interpretación política. Hablar de Taulichusco como el último curaca o señor de Lima, nos crea una imagen algo falsa de nuestro pasado. Recordemos a María Rostworowski y Waldemar Espinoza quienes han recalcado que era un curaca yana.
Los curacas yanas no siempre eran originarios del lugar donde gobernaban. Tampoco eran libres, eran servidores del inca o de las panacas. Es decir, no eran señores de señorío, la tierra que gobernaban no les pertenecía, ni les perteneció.
Hablar de Taulichusco como un señor indígena, es muy relativo, estamos más bien ante un yana, un servidor que cuidaba las tierras, ganados y producción del inca.
Además existen serias dudas sobre Taulichusco como último curaca de Lima, ya Raúl Porras Barrenechea ponía en duda que este curaca haya gobernado por su avanzada edad.
Algunos quieren utilizar la imagen de Taulichusco para recrear una identidad indígena de Lima desde el presente, sin embargo, esta manipulación histórica tiene bases muy frágiles. Si no, basta recordar la famosa polémica durante la gestión del alcalde Luis Castañeda cuando se hizo la mudanza del monumento de Pizarro al parque de la Muralla. Por eso, ante cualquier manipulación ideológica presente de nuestro pasado, es mejor recurrir a la investigación histórica. (Juan Jose Pacheco Ibarra. 18 enero 2011).
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