El Cusco es un tierra privilegiada a nivel de turismo arqueológico, ya que en esta región del país es que tuvo vida el corazón del Tahuantinsuyo, ese reino que fue dominado por los Incas por una considerable cantidad de siglos, motivo por el cual es el Cusco, donde se encuentra una llamativa cantidad de complejos arqueológicos que pueden ser visitados por el turista para tener un conocimiento mayor de la cultura incaica.
Uno de esos complejos es Runkurakay una especie de ciudadela que se sitúa en medio del Camino Inca que conduce al imponente Machu Picchu. Runkurakay, a diferencia de otras edificaciones de origen incaico presenta la peculiaridad de tener entre sus estructuras recintos de forma circular, algo poco usual en el diseño de los tambos o ciudades incas. Debido a la forma y diferentes vestigios hallados en Runkurakay es que se piensa que el lugar, posiblemente habría funcionado como un sitio de descanso, que de alguna manera también sirviera para mantener el control y la vigilancia de esta zona del Tahuantinsuyo. No se descarta tampoco el fin ritual del conjunto, debido a ciertos rasgos que las estructuras poseen.
Runkurakay
Estructuralmente, el complejo arqueológico de Runkurakay presenta estructuras hechas con el uso de piedra pizarra y granito gris. El edificio predominante del complejo presenta la forma de un semicírculo en el que se encuentran distribuidos seis ambientes que rodean un patio que se orienta hacia el noreste.
A los lados de ingreso al patio, se ubican dos de los seis recintos mencionados, en los que es posible observar la presencia de hornacinas y ventanas, espacio común de las estructuras incaicas donde, mayormente, se solía colocar ídolos.
Como parte del conjunto se observa también un ambiente inferior sobre el cual se levanta una plataforma flanqueada por recintos menores a cada lado. Además de la estructura semicircular del conjunto, donde se observan los seis ambientes, se reconocen también como parte de las estructuras un ambiente más de forma rectangular que se ubica fuera del grupo y casi en la parte baja del terreno que ocupa Runkurakay; este séptimo ambiente es de forma rectangular, y también habría presentado un papel importante para el conjunto, lo que se puede sustentar por la presencia de hornacinas en sus muros.
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