Violeta Quispe Yupari cultiva el arte de las conocidas tablas de Sarhua y las actualiza para las necesidades de la sociedad actual con el fin de que no pierdan vigencia.

Ella es chorrillana de nacimiento, pero en sus venas corren las tradiciones de Sarhua, Ayacucho. Sus padres, Juan Walberto y Gaudencia, trajeron a Lima con ellos la costumbre de las tablas de Sarhua que ahora ella cultiva. 

Quispe Yupari cuenta a la Agencia de Noticias Andina que gracias al apoyo de la ONG Asociación Solidaridad Países Emergentes (Aspem) ella es parte de un programa para empoderar mujeres artesanas y lograr su solvencia económica. 

Refiere que ha sido capacitada en diversas habilidades que le permiten controlar la producción de sus piezas de arte desde el corte de la madera hasta el final.

La artesana de 29 años refiere que los objetos que crea se inspiran en la tradición de Sarhua, pero que los adapta para las necesidades de la actualidad.

Por ejemplo, cuenta que recibe pedidos para que confeccione objetos personalizados. Indica, además, que ha incursionado en el arte utilitario.

Recuerda que las tablas de Sarhua contaban los árboles genealógicos de cada familia. Ella ha seguido con la misma estética, pero dándoles toques distintos. 

Señala como ejemplo el uso de animales con forma humana y flores andinas entre los productos que ella crea. Asimismo, ha contado los hechos de violencia que padeció Ayacucho hace algunos años. 

Planes
Por otro lado, confiesa que su lazo con el terruño de sus padres no se limita a los recuerdos de sus progenitores en su casa limeña. 

“Viajo al menos tres veces al año. Hace poco he regresado de los carnavales de su pueblo”, comenta.

Sobre sus proyectos, adelanta que planea una serie dedicada a cómo la mujer antes era minimizada en la cultura andina. No obstante, según su opinión, esta situación va cambiando.

ANDINA