La historia cultural de la provincia de Jauja es bastante singular. Elegida en primer lugar por los conquistadores para convertirse en la capital de estos reinos, fue fundada al estilo español y estableciose en ella un importante grupo de súbditos del rey para, sin saberlo, establecer con el tiempo el primer ensayo de ese fecundo mestizaje que ha caracterizado a buena parte de nuestro actual territorio nacional. Pues ese es el primer momento que haría de la legendaria villa de hatun xauxa un núcleo de experimentación social que más adelante se manifestaría en diversos terrenos de la cultura, especialmente la música, al doble impulso del rico acervo folklórico de aquel rincón del valle del Mantaro y de los ritmos y sonidos traídos por los foráneos de las lejanas tierras de Extremadura, Castilla, La Mancha y Andalucía.
Con el paso de los siglos, esa suculenta mezcla se iría nutriendo con el aporte de la presencia de los migrantes, hombres y mujeres venidos de las tierras más dispares, que se afincaron en la ciudad y le fueron dando forma a esa peculiar expresión de las piezas musicales y canciones de la comarca, que fueron surgiendo al influjo de las nuevas corrientes artísticas que confluyeron en su suelo para darle la fisonomía que actualmente tiene. No en vano País de Jauja, la novela emblemática de la ciudad, escrita por el insigne escritor Edgardo Rivera Martínez, tiene como una de sus principales propuestas narrativas, la integración de ambas vertientes musicales en un solo sentir y vivir, entregándonos a todos la grandiosa tarea de unir lo diverso, de hermanar lo distinto y distante, para a su vez expresar al mundo esa alquimia maravillosa de los sones y las voces que se fraguaron en esa tierra prototípica del más excelso proceso de fusión y mestizaje.
Es por ello que la propuesta musical que nos entrega Carmen Gutiérrez se inscribe en esa antigua tradición, en ese legado universal que simboliza el hecho de que Jauja haya sido, y sea todavía, el baluarte de la acogida y del sincretismo, del abrazo cultural y del encuentro de todos los hombres a través del arte, sublime forma de la sabiduría. Al interpretar los distintos géneros, tanto propios como ajenos, que figuran en su repertorio, disuelve esa aparente frontera invitándonos a dejar atrás esas visiones estrechas, que no pocas veces son expresiones de un magro provincianismo, para abarcar con una nueva y exquisita sensibilidad el goce universal de un arte que posee un único lenguaje: el del sentimiento.
Lugar: Auditorio de la Municipalidad de San Borja.
Av.Joaquín De La MAdrid 200 (Ingreso por Calle Alfa s/n Puerta 2 entre 34 y 35 de la Av. Aviación) .
INGRESO LIBRE.
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