Al principio notamos a su público más solemne por el carácter del escenario, pero la emoción fue creciendo sin pausa y se desbordó en el Huaylash final. No era para menos, se trataba de ALBORADA en el Teatro Nacional. El escenario más moderno y completo del Perú presentaba al grupo que está escribiendo con calidad y trascendencia algunas de las más aclamadas páginas de la música andina del Siglo XXI.
La noche del 31 de marzo marco otro hito para la historia de ALBORADA. La sección de cuerdas de la Orquesta Sinfónica Nacional del Perú se unió al equipo musical de ALBORADA para brindarnos una noche que quedará en la memoria auditiva y en el corazón.
La sonoridad a la vez dulce y fuerte de nuestra lengua madre, el quechua, elevaron la atmósfera expectante de un público que está más cerca de la feligresía de un culto religioso que de la hinchada de un grupo musical.
Fuente:peru-vision