Edwin Castellanos dejó la música por la política, pero como es su pasión, volvió a lo suyo. A sus cuatro años Edwin Castellanos Mendoza (50) tenía muy claro lo que quería ser. Apenas podía alcanzar el piano pero aprendió a tocarlo de una forma magistral. Luego, como es zurdo, de forma autodidacta aprendió a tocar la guitarra con la mano izquierda. Mientras los otros niños de su edad pedían juguetes y camioncitos para Navidad, él quería que le regalen instrumentos musicales.
Su vida no fue fácil, ya que cuando apenas tenía dos años, sus padres se separaron y él solo volvió a saber de su progenitor, Amado Castellanos (+), cuando ya era adulto. No obstante, el amor, el trabajo y la dedicación de su madre, Tula Ángela Mendoza, fueron suficientes para que él y su hermano, Róger salieran adelante. Tiene varios hermanos por parte de padre, pero no los conoce a todos por la poca relación que tuvo con su progenitor.
Nos recibió en su estudio situado en el segundo piso de la casa de su mamá, en el pasillo Julio Paz de la zona central de Cochabamba. La música de su último disco, Rosas, que acaba de salir al mercado en los primeros días de octubre, le puso un bonito marco a la primera parte de la entrevista. Con este nuevo disco, Edwin asegura que inicia una nueva etapa de su vida en la que deja de lado las polémicas generadas por su paso por la política y regresa a lo que más le gusta y lo apasiona.
Su estudio está lleno de fotografías que muestran su larga trayectoria musical, desde sus inicios, y en especial de los Kjarkas, Pachas y Tupay. Además tiene una oficina donde hay varios retratos de su gestión como alcalde, de su amigo, el presidente Evo Morales, que lo convenció para dejar lo que más le apasiona para ingresar a la política, y también algunas antigüedades relacionadas con la música.
Un gran piano de cola es lo primero que se ve al entrar a su casa, situada en la zona de Teléfonos. Varios adornos de hombres con guitarra y con trompeta dan la bienvenida. Es un hombre muy servicial y amiguero, pero a la vez muy apegado a su familia. Hace 23 años que está casado con Claudia Mancilla, con quien tiene cuatro hijos: Pamela (22), Daniela (18), Keny (12) y Claudia (8). Edwin tiene otras tres hijas, Johana (26), la mayor de todas que vive en Estados Unidos, Natalia (19) y Natalia (17).
“Siempre está feliz y riendo, es el hombre más alegre que he conocido, siempre está chisteando. Es un excelente papá, se preocupa por el biestar de sus hijos. Él hace las compras y es el que decide el menú diario. Él sabe cocinar de todo, yo soy un cero a la izquierda en eso”, asegura Claudia.
Su matrimonio tiene dos facetas. Se conocieron en Capinota, el pueblo de su mamá y donde Edwin llegó a cantar con los Kjarkas. Año y medio después se casaron y a los 10 años se divorciaron. Estuvieron separados cuatro años, tiempo en el que ella, junto con sus dos hijas mayores, Pamela (22) y Daniela (18), se fueron a Alemania. Al retornar retomaron su relación y se volvieron a casar.
“Es difícil la vida junto a un músico porque todo el tiempo está viajando y fuera de la casa y en fiestas. Gracias a Dios, hizo su obra y su vida cambió. Ahora es un excelente esposo y el mejor papá”, afirma Claudia.
Sus hijas, Pamela y Daniela, coinciden en decir que su padre es un papá consentidor, un hombre optimista, soñador, trabajador, carismático y muy chistoso y que siempre les ha inculcado que todo es posible y que deben luchar por lo que quieren.
“Nos enseñó buenos valores y que hay cosas en nuestra familia que no se negocian, como la honestidad, el apoyo mútuo y el amor incondicional entre hermanos y con mis papás. Lo que más me gusta es que somos una familia muy unida”, indica Daniela.
El ‘Cholango’ fue candidato a alcalde de Cochabamba por el MAS. Ganó las elecciones. Encaró varias obras en su ciudad, pero uno de los distribuidores viales tuvo un colapso en su plataforma, por lo que fue muy cuestionado. Él afirma que no es su responsabilidad y que la Contraloría ha determinado que sí lo es de la empresa constructora. No quiso volver a candidatear y cree que ha cumplido un ciclo para volver a la senda que lo hizo popular, porque es autor de varias canciones emblemáticas con los Kjarkas como Sin ella, El picaflor, Son tantas noches, Negrita, Dejarás y Recuerdos.
Fuente: eldeber.com.bo