Su valioso aporte en valores musicales y líricos sentaron un referente para nuevas generaciones de músicos y cantantes en todo el país.
Por tratarse de un corpus musical que representa una gran contribución y un punto de quiebre en el desarrollo de la cultura criolla, el Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación la Obra musical de Felipe Pinglo Alva.

Pinglo nació en Lima el 18 de julio de 1899 en Barrios Altos, en Lima, donde además transcurrió su infancia. El periodo comprendido entre 1914 y 1920 fue fundamental en su vida, pues empezaba a explorar y desarrollar sus aptitudes para la música. Aprendió a tocar el rondín, la flauta y la guitarra. También se integró al medio local de fiestas y jaranas criollas, gracias a la amistad que tuvo con figuras como Nicanor Casas y Víctor Correa Márquez, compositores ahora emblemáticos de música criolla.

Para su primera composición, el vals Amelia, Pinglo se inspiró en un tema que escuchó en una retreta – de las que usualmente participaba- ofrecida por la Banda de Gendarmes en la Plaza Santa Ana, hoy Plaza Raimondi en Barrios Altos. A partir de esto, el artista siguió componiendo más y más temas, entre los que destacan los valses En la loza y Leonidas Yerovi, este último compuesto a raíz de la muerte del reconocido escritor y poeta, en 1917.

Destacan también el vals Porfiria y la polca Las Limeñas que fueron compuestos hacia finales de la segunda década del siglo XX. En este mismo periodo, Pinglo, es influenciado en sus composiciones por los conflictos sobre las condiciones laborales de los trabajadores que culminó con la instauración de la jornada de 8 horas a nivel nacional en 1919.

En 1920, Pinglo contrae matrimonio con Hermelinda Rivera Urrutia, en una época que trae consigo los avances tecnológicos significativos en los medios de reproducción y  distribución musical, lo que permitía mayor difusión de géneros foráneos de moda. Este contexto influye en el trabajo del artista y empieza a ganar reconocimiento. Un ejemplo de ello, es el estreno de su valse Rosa Luz en el Teatro Apolo en 1929, realizado por el compositor e intérprete Alcides Carreño. A partir de ese momento, El Cancionero Limeño y La Lira Limeña empiezan a publicar sus composiciones.

En 1931, Felipe Pinglo estrena su vals El Plebeyo –cuando ya había alcanzado su madurez musical- en el Teatro Alfonso XIII del Callao, interpretado por el dúo de hermanos Alcides y Giordano Carreño. También publica su valse Bouquet y se integra al Trío Continental. Es entre 1932 y 1935 que habría compuesto sus temas más logrados como El huerto de mi amada, La oración del labriego, Claro de luna, Jacobo el leñador, Sueños de opio, entre otros. 

Felipe Pinglo Alva, falleció el 13 de mayo de 1936 en su casa, rodeado de su familia y amigos. Dejó una producción musical, cuya magnitud abarcaría la composición de 300 canciones; entre ellas, más de 100 son valses, lo que permite afirmar que éste género es el mejor representado en el corpus de la obra musical del artista.

La producción de este destacado compositor y guitarrista se caracteriza por las temáticas que abordó en sus canciones y el tratamiento literario que le dio a las mismas, aportando al cancionero criollo, textos de gran calidad poética en los que plasmó las vivencias cotidianas, los valores y la situación socio-económica de los limeños de inicios del siglo XX. Temas emblemáticos como El canillita, La oración del labriego, Pobre obrerita, Mendicidad, El Plebeyo y Jacobo el leñador, son una muestra de este fundamental aporte.