*Rafael Huamán, Director de la Agrupación Ocobamba.
Con el advenimiento del sistema colonial español al espacio que comprende el actual territorio peruano se renovó el mapa de identidades a lo largo de la cordillera andina. A la confluencia fructífera de la cultura inca con numerosas culturas locales se unió, además de la sangre española, la vena cultural de judíos, musulmanes y la de los esclavos africanos, formando una amalgama cultural que vendría a completarse en el siglo XIX con el arribo de inmigrantes asiáticos. Todos esos grupos han dejado huellas en la cultura peruana, aunque la convivencia nunca fue fácil. La música y la gastronomía de nuestro país son un buen ejemplo de cómo las diversas culturas que conforman la nación peruana pueden producir una fusión fructífera y enriquecedora.
De este modo Ocobamba recoge en su repertorio no sólo las tradiciones musicales de raíz peruana sino que se esfuerza por integrar a éstas nuevas tradiciones, producto de los tiempos de globalización y convergencia cultural.
Tomando los instrumentos andinos como la zampoña, la quena y los instrumentos desplegados por el mundo por la música pop como la guitarra eléctrica, el bajo, la batería, Ocobamba sabe reunir formas musicales aparentemente tan dispares como un Sanjuán y un reggeaton, un aire flamenco y una saya boliviana, o un huayno con la balada. El resultado es una amalgama de sonidos que nos demuestran que la fusión no necesariamente implica una homogenización esterilizante.
No se trata de un guiño a los tiempos posmodernos por parte del grupo, sino de una plena convicción de que sólo acercándose una a otra es que las culturas pueden llegar a un cabal entendimiento. Sabedores de la capacidad comunicante de la música Ocobamba propone con sus canciones, con la fusión de ritmos e instrumentos de diversos países y culturas, un proyecto cultural que apuesta por la integración de la diferencia, por un mundo mejor lleno de entendimiento y tolerancia.