Nació en el distrito de Malvas, provincia de Huarmey. departamento de Ancash. Hija de Don Hipólito Alvarado Gómez, agricultor y director de la Banda de Músicos del distrito de Malvas y de doña Micaela Corsino Trujillo, campesina con bonita voz para el canto, fue la última de 12 hermanos, se casó con don Carlos Antonio Romero Manzanedo director de su conjunto musical Los Andes del Perú, de quien se divorció después de 13 años de matrimonio, por incomprensión y desengaño, no se volvió a casar. Tuvo dos hijos Luz Elena Romero Alvarado, abogada y Kimilsun Hipólito Alvarado Trujillo administrador de empresas. El 24 de mayo de 2001 parte físicamente a causa de un cáncer gástrico, que se le manifestó 3 meses antes, aparentemente gozaba de una muy buena salud, ya que llevó hasta el último de su existencia física una vida sumamente activa.
Perteneció a un hogar muy humilde como todavía lo son en la mayoría de lo sitios andinos alejados del Perú, en ese seno y espacio se alimentó de la rica naturaleza del lugar, de la fuerza de sus apus, llenando su alma de ternura pero también de rebeldía ante las injusticias y asimilando en su consciencia el variado folclor de su terruño como su identidad, fue una pastora de verdad ya que a pesar de su corta edad pastoreaba sus rebaños, en su lugar preferido Rahuey Pampa en la parte más alta, encima de una piedra muy grande descansaba, miraba a su pueblo y le cantaba, las personas la llegaban a escuchar y decían: es Chicche que está cantando, Chicche era el nombre de cariño que le pusieron en alusión a un pajarito cantador, su tierra fue su primer escenario y su gente el público primero.
En la escuela salía a cantar en todas las actuaciones, pero ella de niña cantaba y hablaba sólo en quechua, no sabía el español, su profesora hablaba los dos idiomas español y quechua y en la escuela enseñaba en su legua materna ya que todo su alumnado hablaba el quechua. Pero quería aprender el idioma español, entonces al atardecer partía un poco de queso que su mamá guardaba con mucho celo y se encaminaba a la casa de la maestra para invitarle el sabroso queso que su madre hacía y pedirle por favor que le enseñará hablar y escribir en español, la profesora la complacía y le decía: tú vas a llegar muy lejos, de ésta manera la niña aprendió a dejarse entender en español.
Esta mujer, que inició su vida artística el 19 de diciembre de 1942 primero como bailarina de danzas andinas y después el canto, hizo de la sonrisa abierta, ancha, luminosa, el sello indeleble de su homenaje a la vida. Su voz, privilegiada, cristalina, inconfundible, cultivada desde su infancia pastando su rebaños de ovejas, sirvió como vehículo para difundir con gran éxito la música andina, invalorable obsequio que nos entregó y perdurara por siempre.
Fue una intérprete brillante de compositores ancashinos como Víctor Cordero Gonzáles, Manuel Grijalba, Maximiliano Rixi, José Cano, Amadeo Molina Rojo, Alejandro Collas Páucar, Norberto Melgarejo Tamariz, Maximiliano Rosario Shuán entre otros músicos. Son inolvidables las interpretaciones de los huaynos: "Así canta Ancash", "Quisiera Quererte", "Malvacina", "Ay!, Zorro Zorro", "Canteño de mis Amores", "Rosas Pampa", "Mujer Andina", "Tu Boda", "El Paria", "Río Santa", "El Gorrioncito", "Basta corazón no llores","Callejón de Huaylas" etc., también le canto á todas las regiones del Perú, como el tema el Borracho del gran compositor Juan Bolivar, su dulce canto era mensaje de amor desde niños, y vibró en los oídos y en los corazones de todos los peruanos habiendo llegado a su pueblo con su canto puro, con orgullo en forma fluida tanto en castellano como en quechua y cuando lo ameritaba con una risa franca enfrentaba los prejuicios y complejos de no querer hablar y cantar en nuestro quechua, y peor aún no querer bailar nuestros huaynos andinos. Pastorita Huaracina ha pasado a la historia como una de las mejores interpretes de la música andina, ella con su vida y ejemplo ha ganado la inmortalidad.
Esta mujer, que inició su vida artística el 19 de diciembre de 1942 primero como bailarina de danzas andinas y después el canto, hizo de la sonrisa abierta, ancha, luminosa, el sello indeleble de su homenaje a la vida. Su voz, privilegiada, cristalina, inconfundible, cultivada desde su infancia pastando su rebaños de ovejas, sirvió como vehículo para difundir con gran éxito la música andina, invalorable obsequio que nos entregó y perdurara por siempre.
Fue una intérprete brillante de compositores ancashinos como Víctor Cordero Gonzáles, Manuel Grijalba, Maximiliano Rixi, José Cano, Amadeo Molina Rojo, Alejandro Collas Páucar, Norberto Melgarejo Tamariz, Maximiliano Rosario Shuán entre otros músicos. Son inolvidables las interpretaciones de los huaynos: "Así canta Ancash", "Quisiera Quererte", "Malvacina", "Ay!, Zorro Zorro", "Canteño de mis Amores", "Rosas Pampa", "Mujer Andina", "Tu Boda", "El Paria", "Río Santa", "El Gorrioncito", "Basta corazón no llores","Callejón de Huaylas" etc., también le canto á todas las regiones del Perú, como el tema el Borracho del gran compositor Juan Bolivar, su dulce canto era mensaje de amor desde niños, y vibró en los oídos y en los corazones de todos los peruanos habiendo llegado a su pueblo con su canto puro, con orgullo en forma fluida tanto en castellano como en quechua y cuando lo ameritaba con una risa franca enfrentaba los prejuicios y complejos de no querer hablar y cantar en nuestro quechua, y peor aún no querer bailar nuestros huaynos andinos. Pastorita Huaracina ha pasado a la historia como una de las mejores interpretes de la música andina, ella con su vida y ejemplo ha ganado la inmortalidad.